top of page

UN LUGAR SEGURO

Es ese lugar donde podemos encontrar tranquilidad en el medio de la tormenta.
 

  • Poder conocer ese lugar seguro en momentos difíciles (extrañar, enojos, tristezas, angustias, celos, miedos) es de enorme alivio para niños y grandes.

 

  • Para que los niños conecten con su lugar seguro podemos invitarlos a prestar atención a la respiración.

 

  • Tomando aire por la nariz y sacando el aire por la boca. ¿Donde sentís el aire que estás respirando? ¿En los huequitos de la nariz? ¿En la panza que sube y baja? ¿En el pecho que se infla? ¿En algún otro lugar?

 

  • Al llevar la atención a la respiración y como la respiración se manifiesta en el cuerpo generamos condiciones para conectar con nuestro lugar seguro. Está ahí dentro. Las preocupaciones no están en la panza, ni en el pecho, ni en la nariz. Nuestra atención viaja de la cabeza al cuerpo. Estamos en una pausa sagrada.

 

  • Podemos acompañar la experiencia de respirar y preguntar a nuestros niños ¿cuál es tu lugar seguro? Viajemos con la atención y nuestra imaginación hacia aquel paisaje, lugar de las vacaciones, casa de un amigo, parque de la abuela, castillo de princesas o el estadio de fútbol del club favorito. En ese lugar seguro hay seguridad, somos queridos y aceptados así como somos.

 

  • Se puede dibujar o construir en collage. Se puede armar en casa un rincón seguro. Se puede imaginar y verbalizar.

 

Un lugar seguro que siempre está allí. Con solo recordarlo puedo ir las veces que necesite.

 

  • Este lugar abraza, sostiene, le da una calidad bienvenida a todas las emociones difíciles. Es un lugar de calma como el fondo del océano aunque arriba las olas se sacudan fuerte.
     

  • Hablar de nuestros lugares seguros con los niños ayuda a involucrarlos con entusiasmo y honestidad.

 

📝 Resumen: Respirar juntos, hablar de nuestros lugares seguros, dibujarlos, construirlos, saber que siempre están ahí con nosotros para ayudarnos con alguna emoción difícil que puede visitarnos.

bottom of page